Un equipo de ingenieros del MIT acaba de diseñar un material que repele el aceite. Su primer destino será la industria aeronáutica, donde está previsto usarlo para proteger las piezas de los aviones más sensibles al fuel.

Crear un material “oleofóbico” ha supuesto un gran reto, ya que no existen modelos naturales que imitar. “La naturaleza ha desarrollado muchos sistemas impermeables al agua, pero no para el aceite”, asegura Gareth McKinley, coautor del descubrimiento que publicó la revista Science. De hecho, los aceites y otros hidrocarburos tienden a dispersarse por las superficies en lugar de formar gotas, algo que se explica por su baja tensión superficial, una medida del nivel de atracción entre moléculas de una misma sustancia.

El equipo del MIT superó este problema diseñando un material, con el aspecto de una delgada tela, compuesto de microfibras que permiten que las gotas de líquido se coloquen sobre la superficie y permanezcan sobre ella sin mojarla. Las fibras contienen una innovadora molécula sintética llamada fluoroPOSS, y pueden aplicarse sobre metal, cristal, plástico e incluso elementos biológicos como las hojas de las plantas.